

A la hora de elegir una trona para el bebé debemos tener la garantía de que es segura. No sirve de nada tener una trona muy bonita y no nos atrevamos a sentar al bebé por miedo a que se desplome. Hay que ser coherentes y lo primero que debemos exigir a la hora de elegir una trona es que cumpla la Normativa Europea de seguridad.
Las tronas infantiles deben poseer elementos básicos y obligatorios como las correas, que permiten asegurar al pequeño cuando lo sentamos, impidiendo que pueda caerse pero sin limitar sus movimientos. Debe ser de un material sólido pero blando para que en caso de producirse algún pequeño accidente, puedan minimizarse los daños.
También debemos asegurarnos de que la trona cuente con bloqueos de seguridad en la bandeja, en la altura del asiento, en su apertura o en el bloqueo de las ruedas. No debemos pasar por alto que los posibles cantos que pueda tener una trona, deben estar redondeados o con acabados acolchados y no deben existir partes empotradas donde el pequeño pudiera pillarse una mano.
Para comprar una trona hay que tener en cuenta que la seguridad es primordial y seguida de ella va la comodidad y la funcionalidad. No olvidemos que será en la trona donde el bebé empezará a vivir los cambios en su alimentación, se introducirán los alimentos sólidos en la dieta. Si se siente cómodo y seguro siempre estará más abierto a nuevos descubrimientos.
Autor: Pequelia.es
Fuente: Pequelia.es